domingo, 2 de octubre de 2011

Río Dulce y Livingstone


Habitación oscura. 3 sofás incómodos y una pequeña tele sobre una mesita me acompañan. Sobre mis piernas el ordenador. Algo más arriba, medio colgada, una linterna comparte la poca luz que ofrece. Lo suficiente para poder ver la libreta que escribí hace ya casi una semana en el autobús de vuelta a la capital. Sobre el sofá suena L.A. y al otro lado de la ventana la lluvia cae tranquila. Me relaja. Por fin vuelvo a escribir.


Sábado 24 de septiembre.

Tras 5 horas y media de viaje horrible en bus, llegamos a Río Dulce a eso de las 11:30. Nuestros compañeros ya estuvieron tiempo atrás allí, así que nos dieron la referencia de un hotel, Backpackers (mochileros en inglés). Un lugar agradable encima del lago con muelle dentro del hotel.



Lo interesante de Rió Dulce es el paseo en lancha hasta llegar a la ciudad de Livingstone. Al llegar a Backpackers ya nos asaltaban los lancheros. En seguida cerramos trato. A penas había pasado media hora desde la llegada y ya estábamos montados en la barca. 700Q ~ 70€ entre 3. Caro para ser Guate pero era una lancha privada que permanecía contigo todo el día para hacer los recorridos que quisieras. Mereció la pena.

Al momento apareció atracado en el muelle nuestro transporte listo para comenzar el viaje (vaya ritmo!) Cierto es que nos extrañó la cantidad de policía acumulada dentro del hotel pero estando en Guate… ya nos asustaba nada. No le dimos importancia. Ya en la barca, sin aun arrancar nos fijamos en un par de policías, a no más de 10 metros nuestro, junto con un hombre mirando al agua. Agachados. Nada raro hasta que lo vimos. Ahí estaba. Junto a nosotros. Flotando inmóvil en el agua un hombre asomaba la cabeza. Muerto.

Nuestro asombro lo podéis imaginar…. Había un hombre ahogado en el agua boca arriba y a nadie parecía importarle!!! La gente que había junto al muelle ni siquiera lo miraba ni se le notaba inquieta! Advertimos de ello al lanchero y sonreía por nuestra reacción. Él tranquilo, sin una muesca de sorpresa. Arrancó el motor. Y con toda la tranquilidad del mundo comenzó nuestro viaje. Nosotros así  o.O
Nos contaron que debía estar “tomado” (borracho) y que se ahogó por ello.



El viaje, ya nada más comenzar, hizo que olvidáramos cualquier tipo de preocupación. El paisaje era increíble. El río caudaloso y la orilla verde y frondosa.


Nuestra ruta: Isla de pájaros, termas calientes, baño en el lago, comida en la orilla, paseo por cañones verticales interminables y llegada a Livingstone.



Linvingstone es una ciudad curiosa. Con influencia francesa y africana está asentada una cultura rastafari bien extraña. Las personas son de piel negra bien oscura, nada que ver con los guatemaltecos. Una hora de reloj, a eso de las 16:00h, era nuestro tiempo para ver algo la ciudad y poder llegar antes de que cayese la noche.

Una vuelta relajante al atardecer puso fin a una ruta perfecta. Casi ni hablamos entre los 3 volviendo.


Relajados y pensando cada uno dentro de su paz, disfrutamos de un viaje ideal. Mano en el agua, viento suave y cálido en la frente, pequeños botes sobre el agua, un motor a medio gas y el olor a tranquilidad nos acercaron hasta llegar al hotel ya de noche. Cena y caipirinha junto al lago cerraron en gran y cansado día.

Ya el domingo regresábamos a Guate. Rellenamos el tiempo hasta las 14:00 de la tarde con otro pequeño paseo en lancha hasta un castillo. El lanchero nos recomendó un lugar genial y barato para comer. Unos 30Q cada uno. El lugar precioso. Creo que las fotos hacen una idea… jeje



Otro viaje duro de 5 horas nos esperaba hasta llegar a la ciudad.

La experiencia en el norte y este del país ha sido, como todo desde que llegamos hace ya casi un mes, toda una aventura.

Ni en la mejor de mis predicciones hubiera imaginado estar aquí tan bien.
Y lo tengo claro. Un viaje no es dónde vas sino con quién lo compartes. Así que tengo que agradeceros a vosotras 3, mis angelitos y sobaquetes, cómo estáis compartiendo cada segundo conmigo. Desde el minuto uno me sentí “una” más. Ni un solo mal gesto en casi un mes de convivencia. Hemos logrado una piña de estas que dan “asquete” cuando las vez que funcionan tan bien jeje.
Raquel, Lorena y Rosa, de veras, GRACIAS.

A los de la “madre patria”, que así es como aquí llaman a España, de nuevo gracias por haceros sentir tan cerca. Ayer fue mi cumpleaños y sentí cada pequeño tirón de orejas. Os eché menos… pero he de reconocer que aquí se encargaron de que me acordara poco. Fue uno de los mejores días. Y, sin duda, uno de los cumpleaños más especiales que he tenido nunca. Pero eso, vendrá más adelante.

Órale mi cuates! 

(Adiós mis amigos)

2 comentarios:

  1. Nos alegra leer las buenas sensaciones que estáis viviendo... Desde aquí, os mandamos más ánimos.

    Un gran beso y cuidaros mucho.

    Pd.: Vaya sitios bonitos... que envidia

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  2. como lo pasas amegoooooooo!!
    me hizo mucha ilu hablar contigoooooooooooo
    un beso gordooooo

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